viernes, 27 de abril de 2012

El mundo dice... Cristo responde

Esta dinámica sigue el mismo esquema que la titulada La respuesta de Cristo, añadiendo una columna encabezada El mundo dice, para reflexionar sobre lo que la sociedad actual responde a los problemas personales, en contraste con lo que Cristo afirma.

En este esquema, las columnas Tú dices y Cristo te responde están coordinadas y no hay que buscar la respuesta correcta como en la dinámica mencionada, pero sí requiere manejar un poco el Nuevo Testamento.

Esta variante se presta más para la puesta en común una vez realizada.



Tú dices:
El mundo dice:
Cristo te responde:
“¡...es imposible!”

Lc 18, 27
“Estoy muy cansado”

Mt 11, 28-30
“Nadie me ama de verdad”

Jn 3, 16
“No puedo más”

2Cor 12, 9
“Yo no lo puedo hacer”

Fil 4, 13
“No soy capaz”

2 Cor 9, 8
“No me puedo perdonar”

Rm 8, 1
“No tengo fe suficiente”

Rm 12, 3
“Tengo miedo”

2Tim 1,7
“Siempre estoy preocupado y frustrado”

1 Pe 5, 7
“No soy suficientemente inteligente”

1 Cor 1, 30
“Me siento solo”

Hb 13, 5


Taller de oración

martes, 24 de abril de 2012

La respuesta de Cristo

Esta dinámica pretende familiarizar a los jóvenes con el manejo del Nuevo Testamento y confrontar sus enseñanzas con la vida cotidiana. 

Conviene realizarla después de haber hablado de los libros que componen el Nuevo Testamento y de cómo Cristo va dando enseñanzas muy prácticas para las situaciones de la vida corriente.

Básicamente consiste en comparar expresiones habituales de la vida con la respuesta que Cristo da a cada una de ellas. 

Otra dinámica similar con alguna variante la he titulado El mundo dice... Cristo responde y está aquí.

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Dinámica: La respuesta de Cristo

Objetivo: 1) adquirir soltura en el manejo del Nuevo Testamento; 
2) meditar y aplicar las recomendaciones de Cristo a la vida personal de cada uno. 

Material: Nuevo Testamento y fotocopia del anexo para trabajar sobre él.

Realización sugerida: Después de la charla se reparte la fotocopia y se da un tiempo para trabajar personalmente.

Se trata de buscar en el Nuevo Testamento las respuestas a las frases de la columna Tú dices y señalar las correctas con una flecha en la columna Cristo te responde

Las respuestas correctas vienen más abajo.

Duración: Entre 30m. y una hora de trabajo personal. Puesta en común opcional.

Anexo

Tú dices:
Cristo te responde:
“¡...es imposible!”
Hb 13, 5
“Estoy muy cansado”
Jn 3, 16
“Nadie me ama de verdad”
Rm 12, 3
“No puedo más”
Lc 18, 27
“Yo no lo puedo hacer”
2Cor 12, 9
“No soy capaz”
1 Pe 5, 7
“No me puedo perdonar”
2 Cor 9, 8
“No tengo fe suficiente”
Rm 8, 1
“Tengo miedo”
2 Tim 1,7
“Siempre estoy preocupado y frustrado”
Fil 4, 13
“No soy suficientemente inteligente”
Mt 11, 28-30
“Me siento solo”
1 Cor 1, 30

Las respuestas correctas a cada item son:

Tú dices: “!...es imposible!”
Cristo te responde: “Todo es posible!” (Lc 18, 27)

Tú dices: “Estoy muy cansado”
Cristo te responde: “Yo te haré descansar” (Mt 11, 28-30)

Tú dices: “Nadie me ama de verdad”
Cristo te responde: “Yo te amo” (Jn 3, 16)

Tú dices: “No puedo más”
Cristo te responde: “Mi gracia te basta” (2Cor 12, 9)

Tú dices: “Yo no lo puedo hacer”
Cristo te responde: “Todo lo puedes conmigo” (Fil 4, 13)

Tú dices: “No soy capaz”
Cristo te responde: “Yo te haré capaz” (2 Cor 9, 8)

Tú dices: “No me puedo perdonar”
Cristo te responde: “Yo te perdono” (Rm 8, 1)

Tú dices: “Tengo miedo”
Cristo te responde: “No tengas miedo” (2 Tim 1,7)

Tú dices: “Siempre estoy preocupado y frustrado”
Cristo te responde: “Echa sobre mí tus cargas” (1 Pe 5, 7)

Tú dices: “No tengo fe suficiente”
Cristo te responde: “Yo he dado a todos una medida de fe” (Rm 12, 3)

Tú dices: “No soy suficientemente inteligente”
Cristo te responde: “Yo te doy sabiduría” (1 Cor 1, 30)

Tú dices: “Me siento solo”
Cristo te responde: “Nunca te dejaré ni te desampararé” (Hb 13, 5)



viernes, 20 de abril de 2012

Ser luz de Cristo

Esta dinámica es muy bonita e ilustrativa para despertar la idea de que Cristo se manifiesta a través nuestro: tenemos que ser luz que ilumine el camino de la vida según las características de cada uno.

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Dinámica: Ser luz de Cristo
Idea: profundizar en que a través de nosotros se manifiesta la luz de Cristo, que somos sus siervos ‘inútiles’, y que si no lo ven los demás encarnado en nosotros es una luz que se pierde.
Objetivo: meditar en los hechos de la vida de Jesús donde se manifiesta su acción redentora sobre los hombres. Ponerlos en común para enriquecimiento de todos los asistentes. 

Duración: Una hora aproximadamente. Antes hay que repartir las 14 citas entre los participantes y dejar un tiempo de reflexión personal. Si el grupo es más numeroso se puede optar por dejar las 14 o repetir alguna, ya que la exposición personal no suele coincidir.
Va una breve reflexión que puede servir de guía, aunque es preferible que sea personal. 
Sería bueno tener 14 cirios o velitas (tantos como personas vayan a comentar) para ir encendiéndolas según se van meditando, ya que todo gira en torno a la luz. 

Realización sugerida:
1) Monición de entrada. Palabras breves sobre el objetivo de esta oración compartida.
2) El que dirige lee el texto correspondiente de la cita y deja un momento de silencio para que la persona que le ha tocado dé su reflexión. Hay que supervisar el tiempo para que no se haga excesivamente largo, ya que son al menos 14.
Al terminar cada cita se puede encender una velita o cirio pequeño para poner sobre el altar.
3) Oración conclusiva. Puede ser: Acción de Gracias espontánea, Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Concluyendo con la pregunta:  
¡Y tú ¿qué luz quieres ser?!
4) Si se hace en un sitio cerrado puede haber música de fondo adecuada.

Otra forma es escribir la reflexión y colocarla en un panel, de manera que se puedan leer los diferentes tipos de 'luces' y motivar la pregunta final de qué luz se quiere ser.

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TEXTOS

1. La luz de la confianza. Jesús resucita de la muerte (Mt 28,1-8).
No temas. A pesar de que no “dabas un duro por Él,” el Señor ha cumplido su promesa… ¿O pensabas que te “iba a dejar tirado”? Pues no, a partir de ahora, tienes un Amigo en el que confiar de lleno… ¡Él jamás te fallará!

2. La luz de la vida. Los discípulos encuentran el sepulcro vacío (Jn 20,1-10).
A veces, y esta es una buena ocasión, para saber si una persona está viva o muerta, no le tomes el pulso, comprueba, más bien, la cantidad de vida que alberga en su corazón… El sepulcro está vacío, Jesús ya no está en él… ¡Búscale en tu corazón!

3. La luz de la alegría.  Jesús se aparece a la Magdalena (Jn 20,11-18).
La que surge de encontrarse cara a cara con el Señor. La que te empuja a ir a tus hermanos y contagiarles con la sonrisa del Resucitado. Recuerda: todavía quedan muchas personas que necesitan de tus alegrías para seguir soportando sus tristezas.

4. La luz de la amistad. Jesús en camino con los discípulos de Emaús (Lc 24,13-19.25-27).
Son tantísimas las personas en que Dios camina a tu lado que es prácticamente imposible que no le reconozcas. Camino del cole o del trabajo, del botellón o de la parroquia… Dios te está brindando su amistad.

5. La luz de la Eucaristía. Jesús se manifiesta en la fracción del pan (Lc 24,28-35).
No lo hace en un estadio de fútbol abarrotado hasta la bandera, ni en un canal televisivo de máxima audiencia… Jesús se ha querido quedar contigo en la Eucaristía… Todos los días pide al Padre “el pan de cada día.”

6. La luz de la Buena Noticia. Jesús se aparece a los discípulos (Lc 24,36-49).
Con la resurrección de Jesús, la Palabra de Dios cobra un sentido pleno. Ahora ya puedes convertir las pequeñas-grandes acciones de cada día en Buena Noticia, en Evangelio vivo.

7. La luz del perdón. Jesús concede a sus discípulos el poder de perdonar pecados (Jn 20,19-23).
Se acabó ya el hombre viejo. Estrena cada mañana “el vestido del Espíritu Santo” que te convertirá en una persona de paz y de reconciliación.

8. La luz de la fe. Jesús confirma la fe de Tomás (Jn 20,24-29).
Cuando las dudas aleteen sobre tu corazón, mete tu tiempo, tus talentos, tu vida en las dificultades, sinsabores y debilidades de tus hermanos más necesitados. ¡Jesús se hará presente al instante!

9. La luz de la fidelidad. Jesús se aparece a sus discípulos en el lago Tiberíades (Jn 21,1-14).
A pesar de que ya lo has intentado un montón de veces, a pesar de que el tiempo no sea favorable, a pesar de que todos hayan dado su brazo a torcer… Tú echa las redes, cumple la voluntad de Dios; recogerás los frutos a manos y a corazón lleno. ¡Haz la prueba!

10. La luz del Amor. Jesús confiere el primado a Pedro (Jn 21,15-19).
No pierdas ni una ocasión en responder a la pregunta que Jesús te hace en cada hermano que pone en tu camino: “¿Me amas?” Hace más de dos mil años el Señor escogió a Pedro para levantar su Iglesia… Hoy te ha escogido a ti para continuar con su edificación.

11. La luz de la Promesa cumplida. Jesús confía a sus discípulos la misión universal (Mt 28,16-20).
Y es que Jesús no es de “los que tiran la piedra y esconden la mano.” Él ha prometido quedarse contigo todos los días, hasta el fin del mundo… Por favor, no seas tú el que le mandes al cielo con una buena pensión por los servicios prestados.

12. La luz del Compromiso. Jesús asciende al cielo (Hch 1,3-11).
¿Qué haces ahí, al igual que los galileos, mirando al cielo?... No pierdas tiempo, el Señor espera mucho de ti ¡No le falles!

13. La luz de la oración.  Con María en la espera pentecostal del Espíritu Santo (Hch 1,12-14).
Con María, dedica tu tiempo a rezar, a amar… pues nada sabe de amor el que no ora y nada sabe de orar el que no ama.

14. La luz del Espíritu Santo. Jesús manda a sus discípulos el espíritu prometido por el Padre (Hch 2,1-6).
Deja que el Espíritu de Dios ilumine tu vida. Tu fragilidad se convertirá en fortaleza, tus temores en confianza, tu tristeza en alegría, tu muerte en vida.


Taller de oración

martes, 17 de abril de 2012

Tipos de cruces

Una meditación habitual en Semana Santa es sobre la cruz, la cruz de Cristo en el calvario como signo de la cruz que hay que sobrellevar y ofrecer diariamente.

Como material complementario para una charla sobre este tema se puede repartir el texto que viene a continuación sobre los tipos de cruces que nos podemos encontrar, y después de un rato de reflexión en silencio hacer una puesta en común donde se hable del contenido de la charla y del texto.

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Tipos de cruces

Hay cruces que te atrapan:
Te atrapa la droga,
te atrapa el placer,
te atrapa el juego,
te atrapa la envidia,
te atrapa el poder…
Huyo de estas cruces.

Hay cruces casi inevitables:
Ciertas edades,
ciertos climas,
ciertos trabajos,
ciertos caracteres,
ciertos silencios...
Y uno debe asumirlas.

Hay cruces de temporada:
Cruces de cuaresma,
cruces de funeral,
cruces de semana santa,
cruces de antes del examen, ...
No me fío mucho de estas cruces.

Hay cruces que te endosan:
En forma de calumnia,
en forma de contagio,
de forma de timo,
en forma de chapuza,...
Evito y soporto este tipo de cruces.

Hay cruces de competición:
Trabajo más que nadie,
aguanto más que nadie,
sufro más que nadie,
doy más que nadie
rezo más que nadie,... 
Me río de esas cruces.

Hay cruces asombrosas y admirables:
La del que procura que el otro no tenga cruz,
la del que ayuda a otro a llevar la cruz,
la del que se sacrifica para que el otro no se sacrifique,
la del que sufre sencillamente porque ama...
¡Estas cruces me gustaría llevar!

Para pensar:
* ¿Hay algo que sea mi cruz cotidiana?
* ¿Es siempre la misma o va cambiando?
* ¿Llevo mi cruz con resignación o con desesperación?
* ¿Soy una cruz o una ayuda para los demás?

 

domingo, 15 de abril de 2012

Abecedario para la Vida

Para sugerencias de realización de esta dinámica, ver aquí.

Este es otro ejemplo aplicado a la vida corriente, y se puede realizar en cualquier momento. 

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ABECEDARIO PARA LA VIDA

Adiós: Es cuando un corazón que se va deja la mitad con quien se queda.

Amigo: Es alguien que se queda para ayudar cuando todos los demás se alejan.

Amor al prójimo: Es cuando un extraño pasa a ser el amigo que todavía no abrazamos.

Caridad: Es cuando una persona tiene hambre y compartimos con ella la única galleta que tenemos.

Cariño: Es cuando no encontramos ninguna palabra para expresar lo que sentimos y hablamos con las manos, colocando una caricia en cada dedo.

Celos: Es cuando el corazón se retuerce porque no confía en sí mismo.

Comprensión: Es cuando un anciano camina lentamente delante de nosotros y, aunque tenemos prisa, no lo apuramos.

Cordialidad: Es cuando amamos mucho a una persona y tratamos a todos los demás como a ella.

Enemistad: Es cuando una persona empuja bien lejos la línea del afecto.

Envidia: Es cuando una persona todavía no descubrió que puede ser mejor que otra.

Evangelio: Es un libro que sólo se lee bien con el corazón.

Evolución: Es cuando avanzamos y sentimos el deseo de buscar a los que van quedando atrás.

Fe: Es cuando una persona dice que va a escalar el Everest y su corazón ya lo considera un hecho.

Hijos: Es cuando Dios pone una joya en nuestras manos y nos recomienda cuidarla y educarla.

Lágrima: Es cuando un corazón triste pide a los ojos que hablen por él.

Lealtad: Es cuando una persona prefiere morir a traicionar a quien ama.

Luto: Es una espina en el corazón que tarda en desaparecer.

Maldad: Es cuando arrancamos las alas al ángel que deberíamos ser.

Muerte: Es una separación con aroma de eternidad.

Nietos: Es cuando Dios envía ángeles para alegrar a los abuelos.

Nostalgia: Es cuando, estando lejos de algo querido, sentimos deseos de volar para reencontrarlo.

Odio: Es cuando plantamos trigo todo el año, esperando que madure, y una persona lo quema todo en un día.

Orgullo: Es cuando una persona se siente hormiga y quiere convencer a los demás de que es un elefante.

Paz: Es el premio de quien cumple honestamente con su deber.

Perdón: Es liberar al corazón del peso de una enorme piedra.

Pereza: Es cuando un virus entra en la voluntad y la enferma.

Perfume: Es cuando reconocemos a quienes nos agradan, aun con los ojos cerrados.

Pesimismo: Es cuando una persona pierde la capacidad de ver la vida en colores.

Rabia: Es cuando colocamos una muralla en el camino de la paz.

Sexo: Es cuando una persona ama tanto a otra que desea vivir siempre con ella.

Simplicidad: Es el comportamiento de quien comienza a ser sabio.

Sinceridad: Es cuando nos expresamos como si la persona a quien nos dirigimos estuviera al otro lado del espejo.

Soledad: Es cuando estamos rodeados de gente, pero nuestro corazón no ve a nadie alrededor.

Superfluo: Es cuando nuestra sed necesita una gota de agua y pedimos un río entero.

Ternura: Es cuando alguien nos mira y sus ojos brillan como dos estrellas.

Vanidad: Es cuando una persona abdica de su esencia a favor de otra; generalmente peor.

jueves, 12 de abril de 2012

Abecedario del Cristiano


Para sugerencias de realización de esta dinámica se puede consultar aquí

Este es otro ejemplo aplicado al vivir cristiano en el día a día, y se puede realizar en cualquier época del año.

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ABECEDARIO DEL CRISTIANO

A: Alaba a Dios en cada circunstancia de la vida. 

B: Busca la excelencia, no el perfeccionismo.

C: Cuenta tus bendiciones en vez de sumar tus penas.

D: Devuelve todo lo que tomes prestado.

E: Encomienda a tres personas cada día.

F: Fíate de Dios de todo corazón y no confíes en tu propia inteligencia.

G: Gózate con los que se gozan y llora con los que lloran.

H: Haz nuevos amigos, pero aprecia a los que ya tienes.

I: Invita a Cristo a ser tu Señor y Salvador.

J: Jamás pierdas una oportunidad de expresar amor.

L: Lee el evangelio y ora cada día.

M: Mantente alerta a las necesidades de tu prójimo.

N: No culpes a los demás por tus infortunios.

O: Olvida las ofensas y perdona así como Dios te perdona.

P: Promete todo lo que quieras, pero cumple todo lo que prometes.

Q: Que se te conozca como una persona en quien se puede confiar.

R: Reconoce que no eres infalible y discúlpate por tus errores.

S: Sé la persona más amable y entusiasta que conoces.

T: Trata a todos como quieras que te traten.

U: Únete al ejército de agradecidos.

V: Vístete de misericordia, humildad y paciencia.

Y: Y no te olvides de soportar a los demás como a ti te soportan.

Z: Záfate de las garras seductoras del demonio.




Taller de oración

Hagamos un abecedario: Navidad

Esta dinámica se ha realizado con grupos de jóvenes y da bastante juego para interactuar con ellos. 
Básicamente consiste en repartir las letras del alfabeto y luego que cada uno aporte una definición para la letra que le ha correspondido.

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Dinámica: Hagamos un abecedario 

Idea: hacer pensar sobre un tema concreto que se ha explicado con anterioridad, para facilitar el trabajo.

Objetivo: 1) reflexionar sobre un tema concreto; 2) potenciar la creatividad.

Desarrollo: primero se expone el tema elegido. Luego se reparten entre los asistentes las letras del abecedario (se pueden poner en papelitos y hacer el reparto por azar al elegirlos) y cada uno tiene que aportar una frase o una definición relativa al tema que comience por la letra que le ha tocado. 
Se deja un rato para pensar la respuesta.
Puede ser una letra o una palabra (para evitar que pongan palabras que no tienen que ver con el tema)
Se requiere tener una cierta madurez y creatividad.
Si se hace durante una clase de religión o de ciudadanía, se puede proponer que lo traigan pensado para el día siguiente.
Al exponerlo se puede pedir que expliquen por qué han elegido esa frase.
Conviene que el que lo dirige tenga pensadas y/o escritas alternativas para cada letra del abecedario.

Temas: Desde temas religiosos (Navidad, Semana Santa, Credo, una catequesis concreta, etc.) hasta temas sociales (espíritu de servicio, voluntariado, inmigración, etc)

A continuación proponemos un Abecedario para la Navidad, y en otras entradas del blog aparecen un Abecedario del Cristiano y un Abecedario para la Vida.
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ABECEDARIO PARA LA NAVIDAD
A: Agradecer a Dios el habernos regalado las personas con las que convivimos.
B: Buscar el bien común por encima de los intereses personales.
C: Corregir con esmero a aquel que se equivoca.
D: Dar lo mejor de uno mismo, poniéndose siempre al servicio de los otros.
E: Estimar a los otros sabiendo reconocer sus capacidades.
F: Facilitar las cosas dando soluciones y no creando más problemas.
G: Ganar la confianza de los otros compartiendo con ellos sus preocupaciones.
H: Heredar la capacidad de aquéllos que saben ser sinceros con valentía y respeto.
I: Interceder por los otros ante Dios, antes de hablarle de nuestras cosas.
J: Juzgar a los otros por lo que son, no por lo que tienen ni por lo que aparentan.
L: Limitar las ansias personales frente a las necesidades del grupo.
LL: LLenarse con lo mejor que uno encuentra en el camino de la vida.
M: Mediar entre los compañeros que no se entienden.
N: Necesitar de los otros sin ningún prejuicio.
O: Olvidar el miedo al qué dirán dependiendo de la opinión de los demás.
P: Preocuparse por los más débiles o más necesitados.
Q: Querer siempre el bien de las personas.
R: Respetar las opiniones de los demás, los derechos de las personas y de los animales.
S: Salir al encuentro del otro, no esperando que él dé el primer paso.
T: Tolerar los defectos y límites propios y ajenos con sentido del humor.
U: Unirnos todos para vivir en paz y armonía.
V: Valorarse con realismo sin creerse superior a los demás.
X: X es una incógnita que invita a la búsqueda constante de la verdad con mayúscula.
Y: Yuxtaponer ilusiones y esperanzas, trabajos y esfuerzos por crear fraternidad.
Z: Zambullirse sin miedo en el nuevo día que Dios regala cada mañana.

sábado, 7 de abril de 2012

El hombre que se siente conocido por Dios

Esta dinámica se ha realizado con grupos de hasta unos 30 jóvenes en convivencias y retiros.

Previamente es necesaria una charla que trate de cómo Dios nos conoce y nos quiere.

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Dinámica: Oración del hombre que se siente conocido por Dios. Una oración compartida 

 

Objetivo: centrar la oración de diálogo con Dios en una frase concreta que exprese mi sentimiento en relación a El, resaltando un aspecto particular. Potenciar la oración comunitaria al compartir la reflexión personal con el grupo.


Material: salmo 139 u otro apropiado, sea salmo, poema, oración, etc.

Realización sugerida
1) en la capilla se expone el Santísimo y se hace una breve monición de entrada. Se reparte fotocopia del salmo.
2) Se lee el salmo y se dejan 20’ aprox. de reflexión personal. Puede haber música de fondo que facilite la interiorización.
3) Cada uno libremente dice en voz alta el verso que le llama la atención o que le interpela.
4) Proclamación de la Palabra. Lectura de Jn 14, 23-24, Jn 15,4, Jn 15, 15-17.
5) Se termina con una canción alusiva o recitando entre todos una oración apropiada o un  poema.

Tiempo sugerido: dependiendo de las circunstancias, entre 30’ y 1 hora.

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SALMO  JOVEN DE INTERIORIZACION (Salmo 139)

Señor, tú me llegas hasta el fondo y me conoces por dentro.
Lo sé: me conoces cuando no paro o cuando no sé qué hacer,
mis ilusiones y mis deseos los entiendes como si fueran tuyos;
en mi camino has puesto tu huella,
en mi descanso te has sentado a mi lado;
todos mis proyectos los has tocado palmo a palmo.
Tú oyes el corazón del hombre sumido en el silencio,
cuando aún no tiene palabras para abrirse a ti.

Es increíble: me tienes agarrado totalmente,
me cubres con tu palma y me siento tuyo.
Como grano de arena en el desierto,
como gota de agua perdida en el mar,
así me encuentro ante ti.
Dios mío, quiero abrir mis brazos y abarcarte,
quiero llegar hasta tu orilla y nunca toco tu tierra.

Me digo y no sé responderme: ¿A dónde iré
que no sienta el calor de tu aliento?
Me digo: ¿A dónde escaparé
que no me encuentre con tu mirada?

Cuando escalo mi vida y me supero, allí estás tú;
cuando me canso en el camino y me siento barro,
allí, perdido en mi dolor, te encuentro a ti.
Cuando mis alas se hacen libertad sin fronteras
y toco el despertar de algo nuevo;
cuando surco los mares de mis sueños
y pierdo la arena pegadiza de mis playas,
allí está tu mano, y tus ojos y tu boca...
allí, como Amigo fiel, de nuevo estás tú.

Si digo cansado: Que la tiniebla me cubra de negro
como un paraguas viejo y roto;
si digo desanimado: que el día se haga noche sobre mí
y me envuelva en su manta robándome el camino,
ni la tiniebla, Señor, es oscura para ti
y la noche, Señor, es clara como el día.

Tú eres como manantial de donde brota el río,
como raíz de donde arranca el árbol.
Tu vida se ha hecho vida en mis entrañas,
me has dado el origen y quieres que camine
hacia la meta que no es otra sino Tú.
Soy tuyo: sólo tu amor da respuesta a mi pregunta.
Me amabas ya cuando me tejiste en el seno de mi madre.
Te doy gracias porque me has llamado a ser feliz.

Señor, me conoces hasta el fondo de mi alma,
nada se te esconde de cuanto soy en lo más profundo.
Yo me pregunto si el sentido de mi vida
puede darse si le faltas Tú.

Señor, aunque mi árbol se quede sin hojas,
aunque la poda lo deje desnudo y solo,
aunque el frío lo apriete hasta hacerle llorar,
Señor, en mi árbol mi hoja serás siempre Tú.

Dios mío, sondéame para conocer mi corazón,
ponme a prueba para conocer mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía o se hace camino muerto.
Guíame por el Camino nuevo que has abierto entre los hombres.
Quiero hacer de él un proyecto para mi vida,
y paso a paso, desde lo hondo de mi ser, vivir para ti.



Taller de Oración