domingo, 18 de octubre de 2015

Un hombre cayó en un hoyo

Este video puede servir para ilustrar un catequesis sobre Jesús y su papel liberador de la persona, frente a las corrientes filosóficas y movimientos modernos que intentan suplantar a Cristo como redentor de la humanidad.

Es una parábola de la situación del ser humano caído, de los intentos por levantarse y de cómo sólo Cristo da la auténtica salvación.

Va en primer lugar el video y luego el texto por si se quiere repartir y trabajar sobre él.





Un hombre cayó en un hoyo

Un hombre cayó en un hoyo. Cayó en él y no podía salir. Un viajero pasaba por ahí. Le dijo al hombre que meditara para purificar su mente, pues de esta manera alcanzaría el nirvana y todos los sufrimientos cesarían. El hombre hizo lo que le dijo, pero continuaba en el hoyo.

Otro hombre apareció. Le dijo al hombre que el hoyo no existía y que de hecho él tampoco existía. Era todo una ilusión. Pero el hombre que no existía estaba aún metido en el hoyo que tampoco estaba ahí.

Otro visitante llegó. Éste enseñó al hombre a llevar a cabo buenos actos para perfeccionar su karma, y le aseguró que no debía preocuparse, pues aunque muriera podía ser reencarnado en algo magnífico.

Ya de noche otro hombre miró al hoyo donde estaba el hombre. Le dijo a éste que rezara cinco veces al día en dirección al Oriente y que cumpliera cinco penitencias importantes. Si él era fiel, quizá algún día lo divino lo haría libre... El hombre rezó lo mejor que pudo. Pero estaba perdiendo fuerzas. Y continuaba en el hoyo.

Al día siguiente otro hombre apareció. Había algo diferente en él. Gritó al hombre que estaba abajo y le preguntó si quería ser libre... El hombre le dijo que sí. ¿Qué hizo entonces el hombre que se encontraba arriba? Bajó él mismo al foso donde estaba el hombre caído y ya exhausto. Tomó al hombre. Y, ayudándose de una cuerda que había lanzado al hoyo, lo arrastró hacia la Luz.

Entonces el hombre caído en el hoyo, que no podía salir por sí mismo de aquella situación, fue salvado por otro. Ese hombre era Jesús, ese hombre era Dios.



Taller de Oración