miércoles, 4 de julio de 2012

¿Cuidas tu corazón?

El cuidado del cuerpo es una preocupación habitual en nuestra sociedad, pero no lo es tanto el cuidado y la salud del espíritu.

Siguiendo este paralelismo, con esta dinámica se pretende hacer reflexionar acerca de la actitud de ayuda y servicio a los demás, del perdón, y de la necesidad de acercarse frecuentemente a Dios en la Eucaristía.

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Dinámica: ¿Cuidas tu corazón?

Material: fotocopia del test. 

Duración: Entre 30 minutos y una hora. 

Realización sugerida:

1) Leer 1 Cor 13 y hacer una meditación sobre la misma de unos 15 minutos. Puede ser otro texto similar.
2) Repartir el test y dejar unos minutos para rellenarlo.
3) Puesta en común, teniendo en cuenta la interpretación que viene más abajo.

Se puede pedir alguna participación, especialmente comentar algunos casos concretos donde la respuesta haya sido SI, para ver cómo se materializa.

También se pueden solicitar comentarios sobre algún NO, para encauzar y dar pautas de comportamiento.


Interpretación del test:

Mayoría de NO: Debes ponerte manos a la obra. Pues aunque estés pensando que este test ni te ayudará a aprobar el curso ni a conseguir un mejor trabajo…, está en juego, ni más ni menos, tu propia felicidad.

Mayoría de A VECES: Tu corazón gozará de mayor dicha en la medida en que en la balanza de tu corazón las buenas acciones dobleguen a las malas… ¡Haz la prueba y lo comprobarás!

Mayoría de SI: ¡Enhorabuena! Sigue así, no te descuides. Ah, y no olvides compartir con tus hermanos el tesoro que Dios ha puesto en tu vida.


Test: ¿Cuidas tu corazón?

Cuidar físicamente nuestro corazón es cuidar nuestra salud; cuidar espiritualmente nuestro corazón es cuidar nuestro ser persona…

De lo primero depende mejorar nuestra calidad de vida; de lo segundo, mejorar nuestro grado de felicidad.

Realiza el siguiente test con sinceridad y comprueba los resultados:

Cuestión
SI
NO
A VECES
1. ¿Practicas el deporte favorito de Dios: el servir? ¿Te pones rápidamente en camino cada vez que algún hermano necesita que le eches una mano?



2. ¿Mantienes una dieta de corazón equilibrada? Es decir, baja en materialismo, egoísmos y apariencia; y rica en perdón, amor y fraternidad.



3. ¿Llevas una vida en paz contigo mismo y con los demás, pensando y actuando mucho más con el corazón que con el interés personal?



4. A pesar de que tu estudio o trabajo te produzca, en ocasiones, cierto estrés, ¿te retiras al terminar con el corazón satisfecho por el trabajo bien realizado?



5. ¿Duermes cada día “a corazón suelto” pues eres capaz de poner tu jornada, tus alegrías y fracasos, en manos de Dios?



6. ¿Evitas los malos humos en tu entorno? ¿Combates la contaminación del corazón (las caras largas) contagiando a tus hermanos con la sonrisa de Dios?



7. ¿Tomas regularmente el alimento del alma? ¿Acudes a tu parroquia, diaria o semanalmente, a celebrar con tus hermanos la Eucaristía?



8. ¿Llevas el sobrepeso de tu corazón a raya? Al igual que cuidas tu cuerpo, ¿haces todo lo posible por conseguir un corazón 10?



9. ¿Usas diariamente la medicación correcta: el perdón, para tener un corazón saludable? ¿Tomas dicha medicación cada vez que la necesitas sin esperar a que el otro (la otra parte afectada) lo haga antes?



10. ¿Te haces controles periódicos del corazón? ¿Acudes habitualmente a tu Médico de Guardia, a Jesús de Nazaret, sin esperar a que la indiferencia, la amargura o la desdicha se conviertan en enfermedades de extrema gravedad?