miércoles, 29 de mayo de 2013

Mira a tu alrededor... ¡y haz algo!

El tema de descubrir la vocación a la que estamos llamados es importante sobre todo en esa etapa de la vida en que tenemos que fijar nuestro camino y decidir los objetivos que llenan nuestro corazón. Y es un proceso no fácil que requiere momentos de reflexión y discernimiento.

En esta dinámica se medita sobre las necesidades que el ser humano contempla a su alrededor y cómo puede ayudar a resolverlas con su compromiso personal, siguiendo cuatro pasos: 1º) Mirar; 2º) Soñar; 3º) Actuar; y 4º) Comprometerse.

Está dirigida a adolescentes, para grupos de confirmación o para una clase de religión.

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Dinámica: Mira a tu alrededor... ¡y haz algo!

Objetivo:
1) despertar en los jóvenes la conciencia de estar llamados a vivir activamente su vocación cristiana.
2) Dar pistas que apunten a una misión específica a la que dedicar la vida.
Realizado de manera que sea el propio joven quien piense sobre sí mismo. Por ello, aunque se propone un guión hay que ser suficientemente flexible para que cada uno descubra su propia vocación. 

Duración:
Entre una hora y hora y media, dependiendo del tiempo dedicado a cada apartado.

Material:
4 hojas por participante y fotocopia de la letra de la canción Hacen falta brazos que va en el anexo. Si se quiere, cada una puede ir fotocopiada con lo esencial de cada apartado. Se reparten cada una a su tiempo para no ir adelantando ideas.

Realización:
Consta de 4 apartados. Cada uno se inicia motivándolo con una frase del evangelio, luego se centra el tema durante unos minutos y se deja tiempo de reflexión personal, escribiendo las ideas principales en la hoja repartida.
A modo de guión se puede seguir el siguiente esquema:

1.- Mirar

Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas (Mc 6, 34).

Basta una mirada a nuestro alrededor para descubrir necesidades de las personas.

- La toma de conciencia de las necesidades que descubrimos a nuestro alrededor puede ser el punto de partida para descubrir la vocación.
-Sentir la llamada de Dios a partir de las necesidades que se descubren en el entorno es uno de los modos de descubrir una vocación.
-El primer momento de esta dinámica puede ser una reflexión compartida sobre las necesidades que descubrimos en nuestro entorno, que pueden ser:
* Necesidades en los demás (familia, compañeros, amigos, barrio, ambiente, sociedad, cultura, mundo...)
* Necesidades en mí mismo.
(Aquí entran situaciones de pobreza, enfermedad, ancianos abandonados, ausencia de Dios, maltrato, hedonismo,...)

Actividad:
Escribir en la hoja de papel las necesidades que cada uno ve a su alrededor o en el mundo.

2.- Soñar

Y les dijo: “La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Lc 10, 2)

Frente a las necesidades que se observan, abrir nuestro corazón y soñar en un mundo mejor haciendo frente a las mismas, pensando cómo solucionarlas.

- Reflexionar sobre las vías de solución de los problemas, lo que nos gustaría, independientemente de si podemos realizarlo o no.
(Aquí entraría cuidar enfermos, educación, asistir a los pobres, escuchar a las personas,..)

Actividad:
Escribir cómo resolvería cada uno las necesidades anteriores y comentar las palabras de Benedicto XVI del Anexo I.


3.- Actuar

Él les contestó: ‘Dadles vosotros de comer’ (Mc 6, 37a).

Tiempo de pasar a la acción y no quedarse cruzado de brazos. Pensar en ejemplos y personas concretas que han pasado a la acción y han hecho realidad sus sueños.

- Meditar sobre personas o grupos que no se han quedado en la teoría y cómo han actuado frente a las necesidades.
- Recordar vidas de santos o personas ejemplares que han dejado huella: San Juan Bosco, S. Juan de Dios, Madre Teresa de Calcuta, cura de Ars, misioneros anónimos,...

Actividad: 
Meditar y comentar la poesía Hacen falta manos del Anexo II. Se puede escuchar o ver el video.

4.- Comprometerse

Vio a dos hermanos ... que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: "Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres." Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. (Mt 4, 18-20)

Pasar de 'lo que han hecho los demás' a 'lo que voy a hacer yo', del 'qué quiero hacer de mi vida' al 'Señor, qué quieres que haga'.
Dios nos llama a cada uno a colaborar en su plan divino, no sólo a los 'elegidos'.
Reflexionar sobre el sentido de la vocación cristiana.
Recordar que para descubrir lo que Dios quiere de nosotros hay que promover la oración personal.

Actividad:
Reflexionar y comentar el texto del Anexo III.

Anexo I

Mensaje de Benedicto XVI (13-4-2008)

El amor de Cristo, de hecho, viene comunicado a los hermanos con ejemplos y palabras; con toda la vida. «La vocación especial de los misioneros ad vitam –escribió mi venerado predecesor Juan Pablo II– conserva toda su validez: representa el paradigma del compromiso misionero de la Iglesia, que siempre necesita donaciones radicales y totales, impulsos nuevos y valientes» (Encl. Redemptoris missio, 66).



Anexo II

Hacen falta brazos

Hacen falta brazos,
hace falta gente con conciencia.
Hace falta gente que se tome muy en serio
el destino de los pueblos sin futuro.

Hacen falta testigos
que nos toquen las entrañas,
que despierten la conciencia
tan dormida y tan callada,
pues así no hacemos nada.

Hacen falta brazos
que no se dejan torcer,
que hagan de su canto de los pobres su voz.
Gente muy humana
que nos haga recordar
el sentido de la vida que sólo Dios puede dar.

Hace falta caridad.
Hace falta gente con entereza.
Hace falta gente que trabaje
en la brecha de esta tierra
acosada por el hambre.

Hacen falta signos,
que dejemos las teorías,
que inundemos de esperanza
a quien vive a nuestro lado,
que mañana Dios dirá.

Video con la canción (dos versiones a elegir la que mejor se adapte al grupo):









Anexo III

Vida plena, a pesar de los deseos insatisfechos.

Desde el principio, Dios se ocupa de cada uno de nosotros de una manera absolutamente personal, pero su esfuerzo por ganarnos para sí no coarta nuestra libertad. Por eso, en ocasiones su voz también se queda sin ser escuchada. «¡Elige la forma de vida y la tarea vital que mejor te permitan ser una persona desbordante de amor!»: tal es el consejo que doy a las personas con espíritu de búsqueda. Pues «al atardecer de la vida sólo se nos examinará del amor» (Juan de la Cruz).
Cuanto mayores nos hacemos, tanto más nítida es la conciencia que cobramos de la fragilidad de la vida. Puesto que se nos ha otorgado la gracia para llevar adelante un valeroso proyecto cristiano de vida, si nos esforzamos a diario por permanecer fieles a él, a pesar de nuestras limitaciones y superando todas las crisis, podre mos vivir la siguiente experiencia: ¡con Dios es posible una vida plena aún cuando algunos de nuestros deseos queden insatisfechos!

«Es inimaginable lo que Dios puede hacer con los fragmentos de nuestra vida si los ponemos sin reservas en sus manos» (Blaise Pascal).

miércoles, 1 de mayo de 2013

La preciosidad del silencio

En esta sociedad tan ajetreada en que vivimos, el silencio es un valor muy bueno para potenciar la meditación y siempre viene muy bien.

Pero silencio no sólamente es estar callado. Esta poesía nos introduce en los valores que tiene el silencio y puede ser un buen instrumento para una meditación.
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La preciosidad del silencio

Pon, Señor, en mi boca un centinela,
Un vigía a la puerta de mis labios (Salm 141,3)
… Pero Jesús callaba (Mt 26,63)

El silencio es Mansedumbre...
Cuando no te defiendes de las ofensas,
Cuando no reclamas tus derechos,
Cuando dejas que Dios te defienda...
El silencio es Mansedumbre.

El silencio es Misericordia...
Cuando no revelas las faltas de tus hermanos a otros,
Cuando estás siempre dispuesto a olvidar sin volver a tu pasado,
Cuando no juzgas pero rezas en tu corazón...
El silencio es Misericordia.

El silencio es Paciencia...
Cuando aceptas el sufrimiento sin gruñir pero alegremente,
Cuando no buscas consolaciones humanas,
Cuando no te vuelves ansioso,
Pero esperas con paciencia por la semilla que germine...
El silencio es Paciencia.

El silencio es Humildad...
Cuando no hay competición,
Cuando consideras que la otra persona es mejor que tú,
Cuando dejas que tu hermano nazca, crezca y madure,
Cuando alegremente abandonas todo al Señor,
Cuando tus acciones pueden ser mal interpretadas,
Cuando dejas a otros la gloria de la iniciativa...
El silencio es Humildad.

El silencio es Fe ...
Cuando guardas silencio 
porque sabes que el Señor actuará,
Cuando renuncias a la voz del mundo 
para permanecer en la presencia del Señor,
Cuando no te esfuerzas por ser comprendido
porque te basta saber que el Señor te comprende...
El silencio es Fe.

El silencio es Adoración...
Cuando abrazas la cruz
sin preguntar por qué...
El silencio es Adoración.

… Pero Jesús callaba