martes, 18 de junio de 2013

El reloj del Purgatorio

Últimamente no se suele hablar del Purgatorio, cosa que hace tiempo era más frecuente.
   
Visitando la parroquia de Berzosa de Lozoya, en la Sierra Norte de Madrid, encontré unas señoras ya muy mayores que me recitaron una oración llamada El reloj del Purgatorio. Se la había enseñado su abuela de viva voz y ellas mantenían la tradición. Está dedicada a las almas del Purgatorio, para pedir por ellas y que vayan al cielo cuanto antes.

Me ha parecido interesante recogerla en el blog pues es la primera vez que la escuchaba, y creo que es bonito recuperar estas oraciones tradicionales de nuestros antepasados.

Puede ser útil para meditar sobre las ánimas del Purgatorio.

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El Reloj del Purgatorio

Estad atentos mortales
para poder explicar
el reloj del Purgatorio
cuando la hora va a dar.

A la una fuertes gritos
el corazón se devoran
¡nadie se acuerda de mí!
dice el ánima más sola.

A las dos entre las llamas
las ánimas nos avisan
las aliviemos de penas
con oraciones y misas.

A las tres en general
nuestras penas se hacen doble
sólo por no haber repartido
esa limosna a los pobres.

Cuando el reloj se prepara
para las cuatro tocar
y los cuatro evangelistas
por las ánimas rogar,

se abre la puerta a las cinco
y San Jerónimo dice:
no os traigo ningún consuelo,
pobrecitas infelices.

A las seis las que quedamos:
un padrenuestro siquiera
para tener el alivio
de tan abundantes penas.


Herederos acudid,
que el reloj marca las siete.
No os traigo ningún consuelo
hijos, hermanos, parientes.

Si nos vierais a las ocho
padecer en los tormentos,
la sangre del corazón
vertierais del sentimiento.

La Virgen con nueve coros
cuando da las nueve y llega
ya saca del Purgatorio
a la que purgó sus penas.

A las diez todas padecen
grandes penas y tormentos
sólo por no haber guardado
de Dios los diez mandamientos.

Once mil vírgenes fueron
coronadas de laurel
y a las once las suplico
las saquen de padecer.

A las doce le suplico
al Divino Apostolado
ruegen los Doce por ellas
a Cristo crucificado.

Todo cristiano piadoso
debe tener en memoria
el reloj del Purgatorio
pidiéndole a Dios la gloria
por estas almas. Amén.

Feligresas de Berzosa de Lozoya


Taller de Oración

viernes, 7 de junio de 2013

¿Eres católico?

Una pregunta que nos hacemos frecuentemente es: ¿nuestra sociedad es realmente católica?, la cual está relacionada con otra no menos importante: ¿somos católicos de verdad cada uno de los que nos confesamos como tales?

Creo que es un tema importante para reflexionar en todo momento, y especialmente en la época de catequesis.

En este video se hace un juicio a una joven por decirse católica, y a mí me ha hecho pensar de verdad en mi papel como cristiano. Está en inglés con subtítulos en español pero se sigue muy bien. Y el final es inesperado y sorprendente.

Puede utilizarse al inicio de los cursos de catequesis para mostrar las implicaciones de confesarse católico o bien al final para fijar las ideas que se han ido exponiendo.  





Taller de Oración

sábado, 1 de junio de 2013

Peticiones desoídas

Una 'queja' frecuente de algunos cristianos es que 'Dios no les oye' cuando hacen oración, pues se acercan a El pidiendo un favor y no encuentran la respuesta esperada.

En esta entrada comparto una poesía que sirve para reflexionar sobre nuestra relación con Dios, nuestras peticiones y su respuesta.

Si se quiere trabajar en forma de dinámica se puede repartir el texto y después de un rato de reflexión en silencio poner en común las aportaciones de cada uno.

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Peticiones desoídas

Yo había pedido a Dios poder para ser amado,
y me he encontrado con el amor para no necesitar ser poderoso.

Yo le había pedido la salud para hacer grandes cosas,
y me he encontrado con la enfermedad para hacerme grande.

Yo le había pedido la riqueza para ser feliz,
y me he encontrado con la felicidad para vivir la pobreza.

Yo le había pedido leyes para dominar a otros,
y me he encontrado libertad para liberarlos.

Yo le había pedido admiradores para estar rodeado de gente,
y me he encontrado amigos para no estar solo.

Yo le había pedido ideas para convencer,
y me he encontrado respeto para convivir.

Yo le había pedido dinero para comprar cosas,
y me he encontrado personas para compartir mi dinero.

Yo le había pedido una religión para ganarme el cielo,
y Él sólo me ha dado su Hijo para acompañarme en la tierra.

Yo le había pedido de todo para gozar en la vida,
y Él me ha dado la vida para que goce de todo.

Yo le había pedido ser un dios,
y Él eligió ser humano como yo.

                                     J. A. García-Monge

Taller de Oración