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Dinámica: Ser luz de Cristo
Dinámica: Ser luz de Cristo
Idea: profundizar en que a través de nosotros se manifiesta la luz de
Cristo, que somos sus siervos ‘inútiles’,
y que si no lo ven los demás encarnado en nosotros es una luz que se pierde.
Objetivo: meditar en los hechos de la vida de Jesús donde se
manifiesta su acción redentora sobre los hombres. Ponerlos en común para
enriquecimiento de todos los asistentes.
Duración: Una hora aproximadamente. Antes hay que repartir las 14 citas entre los participantes y dejar un tiempo de reflexión personal. Si el grupo es más numeroso se puede optar por dejar las 14 o repetir alguna, ya que la exposición personal no suele coincidir.
Duración: Una hora aproximadamente. Antes hay que repartir las 14 citas entre los participantes y dejar un tiempo de reflexión personal. Si el grupo es más numeroso se puede optar por dejar las 14 o repetir alguna, ya que la exposición personal no suele coincidir.
Va una
breve reflexión que puede servir de guía, aunque es preferible que sea
personal.
Sería bueno tener 14 cirios o velitas (tantos como personas vayan a comentar) para ir encendiéndolas según se van meditando, ya que todo gira en torno a la luz.
Realización sugerida:
Sería bueno tener 14 cirios o velitas (tantos como personas vayan a comentar) para ir encendiéndolas según se van meditando, ya que todo gira en torno a la luz.
Realización sugerida:
1)
Monición de entrada. Palabras breves sobre el objetivo de esta oración
compartida.
2)
El que dirige lee el texto correspondiente de la cita y deja un momento de
silencio para que la persona que le ha tocado dé su reflexión. Hay que supervisar el tiempo para que no se haga excesivamente largo, ya que son al menos 14.
Al
terminar cada cita se puede encender una velita o cirio pequeño para poner
sobre el altar.
3)
Oración conclusiva. Puede ser: Acción de Gracias espontánea, Padrenuestro,
Avemaría y Gloria. Concluyendo con la pregunta:
¡Y tú ¿qué luz quieres ser?!
¡Y tú ¿qué luz quieres ser?!
4)
Si se hace en un sitio cerrado puede haber música de fondo adecuada.
Otra forma es escribir la reflexión y colocarla en un panel, de manera que se puedan leer los diferentes tipos de 'luces' y motivar la pregunta final de qué luz se quiere ser.
Otra forma es escribir la reflexión y colocarla en un panel, de manera que se puedan leer los diferentes tipos de 'luces' y motivar la pregunta final de qué luz se quiere ser.
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TEXTOS
1. La luz de
la confianza. Jesús
resucita de la muerte (Mt 28,1-8).
No
temas. A pesar de que no “dabas un duro por Él,” el Señor ha cumplido su
promesa… ¿O pensabas que te “iba a dejar tirado”? Pues no, a partir de ahora,
tienes un Amigo en el que confiar de lleno… ¡Él jamás te fallará!
2. La luz de la vida. Los discípulos encuentran el sepulcro vacío (Jn 20,1-10).
A
veces, y esta es una buena ocasión, para saber si una persona está viva o
muerta, no le tomes el pulso, comprueba, más bien, la cantidad de vida que
alberga en su corazón… El sepulcro está vacío, Jesús ya no está en él… ¡Búscale
en tu corazón!
3. La luz de
la alegría. Jesús se
aparece a la Magdalena
(Jn 20,11-18).
La
que surge de encontrarse cara a cara con el Señor. La que te empuja a ir a tus
hermanos y contagiarles con la sonrisa del Resucitado. Recuerda: todavía quedan
muchas personas que necesitan de tus alegrías para seguir soportando sus
tristezas.
4. La luz de
la amistad. Jesús en camino con los discípulos de Emaús (Lc
24,13-19.25-27).
Son
tantísimas las personas en que Dios camina a tu lado que es prácticamente
imposible que no le reconozcas. Camino del cole o del trabajo, del botellón o
de la parroquia… Dios te está brindando su amistad.
5. La luz de
la Eucaristía. Jesús se manifiesta en la fracción del pan (Lc 24,28-35).
No lo hace
en un estadio de fútbol abarrotado hasta la bandera, ni en un canal televisivo
de máxima audiencia… Jesús se ha querido quedar contigo en la Eucaristía… Todos
los días pide al Padre “el pan de cada día.”
6. La luz de
la Buena Noticia. Jesús se aparece a los discípulos (Lc 24,36-49).
Con
la resurrección de Jesús, la
Palabra de Dios cobra un sentido pleno. Ahora ya puedes
convertir las pequeñas-grandes acciones de cada día en Buena Noticia, en
Evangelio vivo.
7. La luz
del perdón. Jesús
concede a sus discípulos el poder de perdonar pecados (Jn 20,19-23).
Se
acabó ya el hombre viejo. Estrena cada mañana “el vestido del Espíritu Santo”
que te convertirá en una persona de paz y de reconciliación.
8. La luz de
la fe. Jesús confirma la fe de Tomás
(Jn 20,24-29).
Cuando
las dudas aleteen sobre tu corazón, mete tu tiempo, tus talentos, tu vida en
las dificultades, sinsabores y debilidades de tus hermanos más necesitados.
¡Jesús se hará presente al instante!
9. La luz de
la fidelidad. Jesús se
aparece a sus discípulos en el lago Tiberíades (Jn 21,1-14).
A
pesar de que ya lo has intentado un montón de veces, a pesar de que el tiempo
no sea favorable, a pesar de que todos hayan dado su brazo a torcer… Tú echa
las redes, cumple la voluntad de Dios; recogerás los frutos a manos y a corazón
lleno. ¡Haz la prueba!
10. La luz
del Amor. Jesús
confiere el primado a Pedro (Jn 21,15-19).
No
pierdas ni una ocasión en responder a la pregunta que Jesús te hace en cada
hermano que pone en tu camino: “¿Me amas?” Hace más de dos mil años el Señor
escogió a Pedro para levantar su Iglesia… Hoy te ha escogido a ti para
continuar con su edificación.
11. La luz
de la Promesa
cumplida. Jesús confía a sus discípulos la misión universal (Mt
28,16-20).
Y
es que Jesús no es de “los que tiran la piedra y esconden la mano.” Él ha
prometido quedarse contigo todos los días, hasta el fin del mundo… Por favor,
no seas tú el que le mandes al cielo con una buena pensión por los servicios
prestados.
12. La luz
del Compromiso. Jesús
asciende al cielo (Hch 1,3-11).
¿Qué
haces ahí, al igual que los galileos, mirando al cielo?... No pierdas tiempo,
el Señor espera mucho de ti ¡No le falles!
13. La luz
de la oración. Con María en
la espera pentecostal del Espíritu Santo (Hch 1,12-14).
Con
María, dedica tu tiempo a rezar, a amar… pues nada sabe de amor el que no ora y
nada sabe de orar el que no ama.
14. La luz
del Espíritu Santo. Jesús manda a sus discípulos el espíritu prometido por
el Padre (Hch 2,1-6).
Deja
que el Espíritu de Dios ilumine tu vida. Tu fragilidad se convertirá en
fortaleza, tus temores en confianza, tu tristeza en alegría, tu muerte en vida.
Taller de oración
Taller de oración
Waooooo DIOS!!!! que página más hermoza!!! Dios Bendiga!!!
ResponderEliminarque bella dinamica ojala muchos la comentaran Dios te bendiga
ResponderEliminarGracias..la realizaré ultimo domingo de año 2013..hermosas reflexiones!
ResponderEliminarGracias por compartirlo.la realizaré ultimo domingo de año 2013 a los jóvenes
ResponderEliminarGracias por compartirla, la pondre en practica hoy, asi q unanse en oracion por los jovenes de mi parroquia y por el sacerdote q no quiere pastoral juvenil en la parroquia, sin motivos...
ResponderEliminarME GUSTA
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